24.7.14

No es lo mismo vivir sólo el presente, que vivir al día

Habrás escuchado y leído mil veces que hay que vivir al día, y siendo cierto se olvidan de algunos principios básicos que debemos tener para emplear esa filosofía vital con garantías, pues de no hacerlo, en vez de ser una forma positiva se nos puede volver en todo lo contrario.

Hay que vivir el presente, pues el pasado ya no existe ni volverá nunca y el futuro nunca existe ni existirá, pues cuando llegue se convertirá en presente con todo lo que eso supone.

Bien y cierto.

Esto lo tenemos claros todo, solo podemos vivir el presente aunque intentemos otra cosa.

Y estar con el peso del pasado encima de nuestras decisiones nos atenazarán y será una idiotez, pues nada de lo que ocurrió volverá a repetirse igual y ante las mismas circunstancias. Es cierto que decimos que la historia se repite, que si no aprendemos de ella estamos condenados a repetirla, etc. Pero eso sucede si no aprendemos de lo que nos ha sucedido y en cambio insistimos en lo negativo para que nos llene de miedos y temores.

Los pasados nos deben servir para aprender, por eso hay que respetarlos, conocerlos, aprender de ellos, pero no emplearlos como un freno sino como un activo de experiencia.  

Por otra parte el futuro vendrá, sin duda, y nos debe pillar bien asentados. Para ello nada como trabajar sobre lo único que podemos actuar, el presente.

Y aquí es donde debemos tener cuidado con diferenciar lo que es "vivir el presente" de "vivir al día". Solo se puede vivir el ahora, pero debemos ser conscientes de que el mañana vendrá más rápido de lo deseable y nos debe pillar con las alforjas algo llenas.

De dinero, de sabiduría, de amigos, de formación, de amor, de propiedades materiales y espirituales. No podemos ni debemos vaciarnos cada día, agotar todo lo que tenemos cada día, pensando que mañana no existe. Puede incluso que no exista para ti, pero existirá para los demás y debes dejar apañado tu recuerdo y tu despedida. Si te vas vacío te recordarán vacío.