10.6.19

Y ahora tendríamos que hablar

Efectivamente, nos colocamos nosotros mismos en la disyuntiva de tener que hablar o lo que podría ser peor, pensar, si se nos estropea el entretenimiento programado. Ni las manipulaciones mentales están aseguradas.

Lo malo de tener que hablar es que muchas veces no estamos preparados para hacerlo, no sabemos de qué hablar. Y como decía Baltasar Gracián, en esos casos casi es mejor el silencio.