11.2.08

La entrevista de Cuatro a Zapatero

Creo que aparecer durante media hora en una televisión es un premio en periodo electoral, que no tiene precio. Por eso no se debe aprovechar mal.
Zapatero hoy no ha estado fino.
Creo que ni él mismo estaba convencido de que era el Presidente, que jugaba en casa, pero que la preguntas iban a ser duras.
Viendo su imagen, uno empieza a comprender algo más el porqué nos despega en las encuestas.
Su idioma no verbal, sus gesticulaciones, son excesivas, su movimiento de brazos por encima incluso de la cabeza, sus gestos con los ojos y las cejas no son de recibo en un líder que tiene que transmitir seriedad, capacidad y tranquilidad. Todo a la vez. Cuando se gesticula mucho y constantemente, el mensaje resulta plano, no hay contraste entre los temas. Por ejemplo esas gesticulaciones están bien cuando ha hablado de la iglesia o del terrorismo, eran temas que necesitaban énfasis, pero al ponerlo en todo el mensaje no puede subir más el tono en aquellos que desea remarcar. Todo queda plano, alto, pero plano.
Como no es lógico que dedique más minutos a decir lo mal que lo ha hecho el PP en la oposición que lo bien que los han hecho ellos. A la oposición se la ningunea y punto.
Resulta en momentos aburrido, predecible, reiterativo, profesor dando una clase a unos alumnos que acuden a su clase, olvidando que debe convencer a los no convencidos.
Tiene a mi manera de entender la política, un fallo tremendo, repite demasiadas veces por no decir todas "mi" en vez de "nosotros". No parece ser el líder de un buen equipo sino el jefe de una gran empresa hablando a sus trabajadores.
Ese "mi" denota suficiencia, pero eso no transmite hoy confianza porque la sociedad necesita algo más que personas, solicita ideas y equipos, grupos con capacidad de resolver. Zapatero como "mi" es mucho menos que como "nosotros".
El "mi" está dispuesto para muy pocos líderes, y él de momento no está entre ellos.
Como positivo diré que ha mejorado mucho en su rapidez de respuestas ante preguntas difíciles, y sin que denote cambio de gesto. Ha salido bien de los momentos complicados.
No ha tenido su día. Creo.