8.9.10

Hoy he tenido una reunión excelenta para olvidar. Y eso que he ganado.

Hay mañanas que sirven para vaciar la papelera mental del odio
Hay reuniones interesante aunque se pierda en ellas, hay momentos en los que uno se explaya y parece ganar, aunque simplemente sea la palabra. Hay tambores de guerra que a veces escuchan por que les interesa parar a escuchar. O por que no les queda otro remedio más lógico. En la guerras particulares también hay inteligencia militar al servicio de la lógica.
Hay mañanas en las que uno se vacía de improperios guardados y se siente mucho mejor, aunque sea porque en el pecho le queda más espacio para respirar. Hay mañanas como hoy, en que uno se siente más libre, con más razón, con menos odios. Y simplemente por que los he expulsado.
Es muy bueno soltar las basuras por que al final huelen. Sí, todas las basuras mentales terminan pudriéndose y contaminando todo lo que las rodea. No es bueno guardar lo que puede terminar jorobando la forma de pensar y más si lo hacen sobre la toma de decisiones. Hay que vaciar, insisto. Tirar a la papelera mental y vaciar.