La vida de las "otras" personas, es la salsa donde flotamos todos nosotros como trozos de carne cocida y sabrosa. Sin el sabor que nos dan los que nos rodean como tropezones de nuestro plato vital, estar en esto… resultaría soso y aburrido. ¡Joder qué cursi ha quedado!
Pero curiosamente solo podemos saborear las vidas de los que nos han tocado como acompañantes de nuestro plato de vida.
No podemos disfrutar de la compañía de una familia pobre de la India, de unos judíos de la Zaragoza medieval que pudieran ejercer de limpiadores de la Sinagoga Mayor, ni de la amistad de un rico heredero de los indios sioux americanos que fuera feo y miedicas.
Igual nos parecen interesantes ahora, pero podrían ser unos plastas insuperables en sus ambientes. Nunca lo sabremos.
Hoy he conocido de pasada a Manuel, un cliente de mi dentista que de tanto explicar con lujo sus dolores les resulta impertinente hasta no creerle, a los doctos del taladro diminuto.
Hoy he conocido de pasada a Manuel, un cliente de mi dentista que de tanto explicar con lujo sus dolores les resulta impertinente hasta no creerle, a los doctos del taladro diminuto.
Parecería una mala compañía de vida, pero sirve para comparar y aprender. Lo escaso puede ser más útil que la sobredimensión.