5.1.14

Entre chipirones y guardia civiles picantes hablamos de la mili

Hoy hemos cenado con amigos en el bar del barrio, esa tendencia que se va perdiendo de tener un bar de cabecera como quien tiene un médico o un zapatero remendón. Un bar de cabecera es ese lugar al que te llama la esposa cuando la hora de cenar se pasó de largo y sabe que estás de cháchara con la caña y los amigos. Un bar de confianza es donde vas a cenar platos mejor o peor preparados, pero siempre recién hechos y a tu gusto. 

Hoy teníamos ensalada y tortilla de patata sin cebolla pues para eso a una amiga no le gusta ver la cebolla ni en pintura. Y cabezas de cordero asadas y con patatas que es un plato raro pero de lujo pobre. Y unos chipirones a la plancha que no los mejora ni Arzak o unos guardia civiles picantes con un vinagre justo.

Entre caña y vino a granel, entre clientes que te dicen que aproveche y otros que miran y huelen gratis hemos pasado la tarde noche hablando de fríos o de cuando éramos jóvenes. Hace tanto de eso que ya hasta se nos va olvidando si quien se fue a la legión fue el hermano mayor o el taxista, aunque da igual inventarse el final y el intermedio. El caso es recordarlo para que no se olvide más.