22.9.23

Cataluña y España no es lo mismo que Sánchez y Puigdemont


Si no fuera porque en España está en juego algo mucho más importante que un juego, nos podríamos alegrar de estos tiempos tan entretenidos. Pero OJO, sin darnos cuenta nos estamos jugando mucho de lo construido, y mucho de los por construir.

Estamos jugando a tensar las cuerdas, varias de ella que son fundamentales en la cimentación del país, y sobre todo de la sociedad. Hay silencios elocuentes y casi peligrosos como el de VOX que se está frotando las manos con lo que escucha.

El problema de Cataluña (pues es un problema) hay que resolverlo poco a poco, hay que destensarlo, hay que añadirle política con sentido común en su interior. De eso casi no hay dudas, o hay menos al menos.

Pero cada vez que Puigdemont tensa la cuerda de sus peticiones y logra como es lógico apoyos de los suyos, nos vamos acercando todos a dos realidades claras: es muy posible que se rompa; y quien no sea capaz de hablar sin insultar y con proyectos claros y posible para el España del futuro, se hundirá más pronto que tarde.

Hay propuestas desde Bruselas, en boca de Puigdemont, que respiran simplemente odio hacia España, que sería lógico entender por su situación personal pero que no debemos aceptar. 

Que no se responda con rotundidad desde quien espera sus votos para la investidura es de un error táctico e histórico que nos debe preocupar a todos.

No se trata de lo que pudiera lograr Cataluña, se trata de lo que lograrías tras estas decisiones otros territorios. 

Y sobre todo se trata de lo que perderían todo el resto de los ciudadanos españoles. Perdonar 450.000 millones supone tener que explicar de dónde se piensa sacar ese dinero, y a costa de qué zonas de España y de qué ciudadanos y Servicios.

Julio M. Puente Mateo