23.1.07

Precio de las cosas difíciles

No se a como está el precio de un día. Debe ser muy alto, tanto que nadie lo puede pagar.

Hace ahora dos semanas le dijo el médico a un conocido mío delante de la mujer y en la cama del hospital, que le quedaban 2 días de vida. Falleció a los 3. Estaba mentalmente perfecto.
¿Cuanto hubiera pagado por un día más de libertad para ir a donde él hubiera querido?

Hoy ha muerto un íntimo amigo de mi socio. El fin de semana pasado se fue con su familia y la enfermedad a ver el sitio en plena naturaleza en donde descansarían sus cenizas en un futuro cercano. Pero no sabía que le quedaban sólo 2 días.
¿Cuantos besos se han quedado perdidos, cuantas palabras, cuantas decisiones no tomadas, cuantas mal tomadas, cuantas pensando en el futuro y no en el presente?

A veces lo peor no es morir, es darte cuenta de que te mueres.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Saber que te mueres es lo más triste, es como una cuenta atrás.

Muchas cosas se habrán quedado en las cabezas de familiares de los ya difuntos.

Morir con fecha y hora es casi tan duro como morir despacio y no saber cuando llega el final.

Por eso, con los años he aprendido a vivir la vida más intensamente, y quiero dejar de darme mal por las cosas banales, aunque a veces no pueda.

Cada vez que veo partir a las personas que quiero, sepa o no cuando las voy a volver a ver, les digo las cosas que debería decirles todos los días, por si esa fuera la última vez.

LPA