No se a como está el precio de un día. Debe ser muy alto, tanto que nadie lo puede pagar.
Hace ahora dos semanas le dijo el médico a un conocido mío delante de la mujer y en la cama del hospital, que le quedaban 2 días de vida. Falleció a los 3. Estaba mentalmente perfecto.
¿Cuanto hubiera pagado por un día más de libertad para ir a donde él hubiera querido?
Hoy ha muerto un íntimo amigo de mi socio. El fin de semana pasado se fue con su familia y la enfermedad a ver el sitio en plena naturaleza en donde descansarían sus cenizas en un futuro cercano. Pero no sabía que le quedaban sólo 2 días.
¿Cuantos besos se han quedado perdidos, cuantas palabras, cuantas decisiones no tomadas, cuantas mal tomadas, cuantas pensando en el futuro y no en el presente?
A veces lo peor no es morir, es darte cuenta de que te mueres.
1 comentario:
Saber que te mueres es lo más triste, es como una cuenta atrás.
Muchas cosas se habrán quedado en las cabezas de familiares de los ya difuntos.
Morir con fecha y hora es casi tan duro como morir despacio y no saber cuando llega el final.
Por eso, con los años he aprendido a vivir la vida más intensamente, y quiero dejar de darme mal por las cosas banales, aunque a veces no pueda.
Cada vez que veo partir a las personas que quiero, sepa o no cuando las voy a volver a ver, les digo las cosas que debería decirles todos los días, por si esa fuera la última vez.
LPA
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