29.5.07

El final de todas las cosas llega siempre

Todo tiende a arrugarse con el tiempo, es ley de vida. E incluso a que los pelos cambien de lugar y se trasladen a sitios en donde molestan más, pero uno esto lo va aprendiendo según va haciendo camino, como nos enseñó Machado.
Cuando entras en los palacios lo haces con la mejor cara y la ilusión de que allí te vas a encontrar todo lo mejor de lo mejor. Pero a veces es una trampa puñetera, y sólo te quieren para barrer, para llevarle el bastón al amo. Eso no quiere decir que no vayas de palacios, sino que cuando entres sepas que puedes terminar de lavaplatos y estar preparado para decir que te vas porque molestas o porque te molestan.
Con los años vas detectando mejor cuando el listo de turno se pasa de la raya y aprendes a detectar si su sonrisa es traidora o simplemente falsa. Es entonces cuando estás preparado para reírte del amo y con el amo, y para sabe buscar a otro que aprenda a llevar el bastón del amo y el gabán de un servidor. Todo es cuestión de tiempo y de aprender a manejarte por los palacios.