25.12.10

El desempleo juvenil de España es el mayor problema de cara al futuro

"La sociedad española no puede dejar que, especialmente, tantos jóvenes carezcan por más tiempo de un trabajo"
Son palabras de Juan Carlos I en Nochebuena, una frase lógica que parece no serlo tanto para los políticos que deben encontrar soluciones, que deben gestionar la crisis y las bonanzas cuando las hay.
No podemos estar con el paro juvenil actual. Es fundamental para nuestro futuro resolver este problema que afecta a los fundamentos de la sociedad del siglo XXI. No se puede abandonar a los parados mayores de 50 años, no debemos tener esa capacidad de formación continua de la que hacemos gala para quejarnos y reconocer que es mala, pero sobre todo debemos formar una solución pactado y de Estado para que los jóvenes españoles puedan encontrar trabajo, emanciparse y formar sociedad. El paro juvenil es el lastre que pagaremos con grandes intereses en las próximas décadas y
no se escuchan medidas para resolver este grave problema. Ni por parte del PSOE en el Gobierno ni por parte del PP en la oposición. ¿No les preocupa?, ¿no les da vergüenza a los políticos, que tengan que ser unas palabras manidas de un Rey que no gobierna, quien nos recuerde este drama?
Los jóvenes españoles están sobradamente formados, mejor que sus padres, para ocupar el puesto de estos en la sociedad productiva e innovadora que debe afrontar el futuro de España. Menos preocuparnos de los mercados que han creado esta crisis, menos palabras vacías y repetidas de dirigentes políticos europeos con ideas viejas y en nada innovadoras, menos escuchar que hay que reducir el déficit y más intentar saber desde donde podemos tener más ingresos para hacer políticas activas de empleo para los que más lo necesitan para el futuro de España, los jóvenes.
Europa y por delante de ella España que es quien más sufre el desempleo juvenil, tiene que gastar dinero en hacer políticas de educación y formación. Políticas efectivas de empleo juvenil para primar el esfuerzo y la implicación. Hay que gastar en primar políticas que sirvan para crear empleo, modificando gastos e ingresos, para que los impuestos sobre políticas improductivas suban y mengüen las que sirven para crear empleo. Sabemos desde donde hay que tocar los ingresos, luego si seguimos con el miedo a los cambios, no nos servirá de nada repetir que no sabíamos, cuando los jóvenes se nos hagan mayores y ya no sea posible reconducir esta generación actual que se está quedando congelada, porque vendrá detrás otra que la reemplazará. ¿Qué hacemos pues con toda una generación vacía, qué problemas nos causará en la sociedad del futuro su nula implicación en el mercado social, laboral y productivo, a la vez que consumista?