21.2.14

Un martillazo me acaba de sacudir los huevos

Un martillazo me acaba de sacudir los huevos. Un gran amigo acaba de salir del médico. Casi todo se vuelve gris por momentos aunque al final lograremos ver una luz fina que quiere brillar. Mi amigo sabe que cree en su propia fuerza. Hay que ir a buscarla con mucha fuerza, hay que seguir caminando, hay que estar allí y acompañar por si se tropieza, pues nada ayuda más que estar detrás, sin que casi se note, para dar palmadas en el hombro. Él se conoce, sabe de todo y no nos engaña. Se sabe con fuerza y eso es muy importante. Seguiremos abrazándonos como si fuéramos árboles, para pasarnos la energía.