28.2.14

Movilización general indefinida. Los que callan no cuentan

Nos vamos dando cuenta que como sociedad sí somos capaces de cambiar los abusos actuales, las mentiras constantes, la pobreza que va en aumento mientras las grandes empresas ganan más beneficios, pues el poder real reside en los ciudadanos normales, en los que trabajas, pagan impuestos y consumen.

Julio Anguita ha tenido que volver a recordarnos que es mucho más importante para lograr los cambios necesarios una media movilización que dure 10 días que una manifestación inmensa que dure dos horas. Que el sistema se ha ido acostumbrando a relativizar los efectos de las protestas, a manejar al ciudadano, a individualizarlo, a defenderse muy bien ante la violencia de unos bobos. La fuerza del ciudadano reside en su constancia pacífica pero clara e inteligente, en su negativa a callarse al silencio para recordar que mientras sean ciudadanos y NO ciudadano, la razón la tienen los que son muchos y acuden a movilizarse. 

En todas las democracias, los que se abstienen no cuentan en el voto, no son tenidos en cuenta, no eligen. Ante el pacifismo activo, ante la protesta ciudadana tampoco deben contarse los que se abstienen, los que se esconden, los que callan. Callar es una opción, sin duda, pero no lo es para sumar a favor de una posibilidad o de la otra, es solo para ser respetada pero también desde el silencio.