15.7.15

La nueva izquierda en Europa ha recibo una dura patada

La imagen de Alexis Tsipras es la de un político fracasado que tiene por delante decisiones durísimas y muy complejas con su sociedad. Es decir, es la imagen de la nada, pues ha perdido el futuro. Lo de menos son las críticas a su anterior ministro de economía o a la herencia recibida. El único responsable es él y quien va a tener que gestionar el camino será él. Y sabe que es un camino imposible. 

Europa se ha vengado y el que ha salido perdiendo es el pueblo griego que es también responsable, pues no hay que olvidar que cada uno somos dueños de nuestras decisiones en la medida en que dejarse engañar o apoyar la picaresca es también una actitud que pasa factura. Muchas sociedades creen que votar es un juego, que criticar al político bobo una labor de bar, que no pagar impuestos es lo lógico. Incluso muchos creen que no debemos entender lo básico en economía doméstica para así exigir un sueldo digno o irnos en busca de otro trabajo y para no endeudarnos más de lo que podemos pagar.

A partir de ahora nadie sabe qué va a suceder con Grecia. Es falso que haya un acuerdo, hay una imposición y eso es peligroso. Todos quieren (queremos) cobrar lo prestado pero todos sabemos que no hay de donde. Jugar a alargar los tiempos del problema es buena para los ciudadanos de los países pobres, pues ellos pueden ser los siguientes. No podremos decir que no lo veíamos venir. 

Pero la luz que se había encendido en Europa con una nueva izquierda que contrapesara a esa derecha extrema se ha apagado como muy bien ha detectado Podemos. Que no se alegre Rajoy, en los países donde no ha surgido una izquierda que recoja el sentimiento de la sociedad cabreada ha surgido una derecha extrema que hace el mismo papel. Si él cree que eso es mejor que Podemos seguirá demostrando su curiosa calidad como estadista.