29.1.11

Ahora las Cajas de Ahorros serán Bancos. ¿Es bueno o malo?

Me preguntaron unos chicos de la tele el otro día, que qué me parece lo de que la Caixa se haya convertido en un banco y les tuve que responder a medias, pues dar la cara por la calle cuesta un poco. Yo nunca hubiera deseado que las Cajas de Ahorros se encontraran en la tesitura en que están amenazadas, pero su implicación en el mercado inmobiliario las ha
dejado tocadas, unas más que otras.
Según avanza la crisis económica, sobre todo financiera, más vamos descubriendo pasteles podridos y riesgos futuros. Y las Cajas por su propia personalidad es uno de ellos. Y la manera más sencilla que ha encontrado Zapatero, es avisarles de que se ha acabado el dinero fácil, lo cual es cierto, y que a partir de aquí hay que ir dejando entrar dinero de fuera, es decir vendiendo. Vender es convertirse en una empresa privada, con sus ampliaciones de capital y sus cosas, unas bunas y otras malas.
Yo me preocupo por la Obra Social, que en los últimos años, décadas, ha ido dirigida más hacia una Obra Cultura. Su labor ha sido muy importante sobre todo en un santo país en el que la cultura parece una enfermedad más que un vehículo para ser mejores. Por mucho que se repita que no se tocará la Obra Social, eso con perdón, no nos lo podemos creer. Tal vez no desaparezca, tal vez sea cuestión de tiempo, seguro que será cuestión de cantidad y de calidad, pero la Obra Social y Cultural sufrirá recortes y el número de oficinas se modificará y habrá que reeducar al cliente para que en algunos casos acuda menos a las oficinas, y bueno, habrá cambios en la forma de comportarse, cosa que algunas Cajas ya han hecho y sin tener que convertirse en Bancos.
No peligran los depósitos, nunca si se tiene en cuenta de no poner más manzanas —hoy 100.000 euros— en el mismo saco, y de que lo que parece imposible nunca es tal, si las cosas cambian excesivamente. Por de pronto la Caixa ha cambiado hacia ser un Banco pero no será la única. El revuelto que ha salido con las fusiones a mi no me gusta tampoco, luego habrá que seguir puliendo el diamante en bruto.