7.12.11

Urdangarin puede ser el bobo que firmaba o el listo que planificaba

España ha entrado muy peligrosamente por la senda de perdonar y entender todos los casos de corrupción que por la responsabilidad de sus cargos públicos, realizan un amplio y variado número de zopencos públicos.

El caso de Urdangarin es patético por las implicaciones que podría tener. Es impresionante imaginar que se esté hablando de paraísos fiscales, de muchos cientos de miles de euros cambiado ilegalmente de manos, de millones irregulares, de cargos en empresas implicados que eran compartidos con la esposa y que detrás de todo este tinglado esté solo escondido el susodicho Urdangarin.

Debemos empezar a dejar de ser tan benevolentes con las lógicas de la corrupción. Si la Casa Real nunca detectó estos tinglados, si nadie de los que deben asesorar a una institución como la Casa Real no pudo detectar algo tan bochornoso que cuanto más se va sabiendo más pena da, deberíamos cuestionarnos muy claramente y en el mejor de los casos el funcionamiento de la Casa Real española.

La pieza número 25 del caso Palma Arena está relacionada con las anomalías detectadas en dos contratos a dedo del Gobierno balear (2,3 millones de euros) y al menos cuatro contratos por el mismo procedimiento del Gobierno valenciano y el Ayuntamiento de Valencia (3,7 millones de euros) al instituto sin ánimo de lucro Nóos, presidido por el duque de Palma. En los autos judiciales que justifican las investigaciones se atribuía a Urdangarin y a su socio Torres el montaje de una red cuyo principal reclamo era un instituto sin ánimo de lucro (Nóos) para captar fondos públicos que luego desviaban a varias empresas de su propiedad.

Increible resulta además que tras asegurar los autos judiciales la implicación de más personas púbicas, se diga que pese a que la Cristina de Borbón, hija del Rey Juan Carlos, y su secretario, Carlos García Revenga, figuraban como vocal y tesorero de la junta directiva de Nóos hasta 2006, los investigadores judiciales consideran, con toda la documentación analizada, que estaban “apartados del conocimiento del área financiera”. ¿El tesorero no conocía lo que sucedía en la empresa en la que ejercía de tesorero?, jope. Y se asegura a continuación que la infanta Cristina posee a medias con su marido la promotora inmobiliaria Aizoon, una de las empresas que recibieron fondos públicos desviados a través de Nóos

Parte de la información es de El País