26.12.19

Dudas desde la izquierda sobre nuestra capacidad para subir piedras

Hoy Antoni Puigverd nos recuerda en La Vanguardia una frase muy válida para todos nosotros dentro de Chunta Aragonesista o de cualquier otra organización política con dudas sobre su futuro. “Mientras haya alguien que suba la piedra hacia arriba, hay esperanza”.

Los tiempos políticos no son fáciles para nadie por varios motivos de los que los propios políticos también somos responsables. Y si hay dudas repasar la historia reciente de UPyD o de Ciudadanos y veremos El extraño caso de Benjamin Button trasladado a la realidad de las organizaciones políticas. Se nace ya mayor y se va avanzando hacia la desaparición por infancia.

¿Qué debe ser la política de izquierdas en el siglo XXI? 

Entre los muchos errores cometidos llama la atención uno clave. La desigualdad debería haber sido LA PRIMERA opción de trabajo en estas dos décadas. Es triste reconocer que hasta un Rey español nos lo recuerda como un problema social grave. Y la izquierda española se ha entretenido en la trampa perfectamente urdida hacia otros temas a los que se dedicaban miles de horas de reflexión, de salida en los medios de comunicación, de manifestaciones, de gritos de protesta. 

¿Y la DESIGUALDAD económica no es un tema tremendamente importante, para figurar como el primero?

No hay capacidad para gritar con buenos resultados por dos temas diferentes a la vez. “O se está a pitos o a dudas”. Y la izquierda eligió mal. 

No voy a dar pistas, pero os recuerdo que cada día mueren en España diez personas por suicidios declarados. El número de suicidios escondidos no se sabe pero es altísimo. Y claro que hay que luchar sin demora, de forma urgente y con fuerza contra todo tipo de fallecimiento, pero hay que seleccionar. “O se está a pitos o a dudas”. Y muchas veces el orden de los factores sí altera el producto final. 

¿Y la EDUCACIÓN para evitar problemas sociales, no debería haber sido objeto prioritario y urgente de una reforma tremenda, consensuada y mantenida para no ser manipulada, para que las violencias las entendieran los jóvenes de otra manera? ¿De verdad la cárcel o las leyes duras son la solución?

Pero volvamos a lo magro, a las opciones de la política del futuro, desde la izquierda.

La desafección es ya dramática pues afecta incluso al futuro de la democracia. La principal duda de todos los partidos políticos de izquierda es precisamente su falta de músculo. La derecha eso no lo tiene, lo contrata y punto. Pero la izquierda necesita a equipos, a personas, a voluntarios, a implicados. Y eso es complejo cuando no se tiene una organización moderna, capaz de ilusionar y sobre todo de motivar.

Se motiva de muchas maneras diferentes, una de ellas es lograr (hacer) creer en el futuro. Nadie (casi) quiere pertenecer a un Grupo de Perdedores, y tampoco a un Grupo de Quejicas Profesionales. Los Jefes de las empresas solo hablan de lo mal que van las cosas cuando quieren despedir o bajar los sueldos. 

¿Y la DIGNIDAD LABORAL para cuándo?

La figura del Líder ha cambiado de valor. Más en la izquierda moderna. Pero aun así es imprescindible. Ejemplos tenemos en España de partidos presuntamente muy modernos que se han configurado alrededor de un solo Líder. Y que curiosamente han ido prescindiendo de los Segundos de a Bordo por muy diversas cuestiones…, hasta entrar en crisis.

Mi idea siempre ha sido la de creer en los equipos, cuando es posible formarlos pues no es nada sencillo el reto. Equipos en la política de izquierdas, que es casi imposible que piensen igual por nuestra propia personalidad ideológica. Incluso diría que lo normal es que piensen bastante diferente.

¿Tantas izquierdas son posibles, para que sea complejo encontrar idénticos? 

No, no es cuestión de objetivos, sino de personas. Los objetivos son los mismos en todos, por lo que podríamos decir que hay una sola izquierda, pero los caminos para llegar a la meta son múltiples. Y cada uno defiende el suyo como el único.

Otra cuestión compleja de admitir por los dirigentes de todo tipo de organización humana es que al existir diversidad de caminos de dirección, lo importante no debería ser tanto el camino como el objetivo. Hay que cazar ratones, como decía la filosofía china, y nos tiene que importar muy poco si son blancos o negros, cuando lo importante es comer guiso de gato.

Termino con la frase del principio. Mientras haya alguien que suba la piedra, todo va bien. Excepto que quien empuje, al final se canse y se le escape el peso que por gravedad siempre quiere ir hacia abajo. Pero lograr subir y no agotar a quien empuja, debe haber relevo. Pero constantemente debe haber personas que estén al lado de quien empuja para secarle el sudor, para limpiarle el camino de subida y para ayudar en el empuje.

Lo de menos en política de verdad, de la imposible, debería ser quien se hace la foto cuando llega arriba con la piedra. Pero para eso se debe confiar muy mucho, muchísimo diría más, en la persona que empuja. Y eso solo se consigue si esa persona saber que necesita al resto de personas, y que no son meros soldados preparados para aplaudir. Entre el olvido y hacer la foto única hay muchos matices grises que son los que sirven para estar empujando y ayudando a empujar con autoestima y con motivación.