3.11.08

La izquierda política está desaparecida en este inicio de siglo XXI

La izquierda está desaparecida en combate. No aportamos ideas nuevas, soluciones a los nuevos problemas que en realidad son muy viejos. Estamos centrados en unos marcos que se han quedado pequeños. Si miramos a la izquierda, no encontramos ideas para seguir avanzando.
El regeneracionismo, la ecología, el laicismo, la igualdad de sexos son asuntos muy importantes, pero no los únicos. Y sobre todo no son los más importantes SIEMPRE.
La sociedad se mueve, y por ello a veces se necesitan ajustes en las ideas, añadir nuevos retos, recoger algunos olvidados.
Efectivamente a la sociedad le importa hoy y siempre el reparto de la riqueza, la formación, la sanidad universal, el futuro de las pensiones, la seguridad y la calidad del trabajo, la globalización segmentada que no consigue un mundo más justo y más libre.
La izquierda debe priorizar, tener en su cartera de ideas una gran selección que no deben ser siempre colocadas en el mismo orden.
En cada momento debe priorizar unas u otras.
Es posible que ahora no toque hablar de laicismo, de nacionalismo, porque la sociedad lo que reclama es soluciones a otros problemas que considera más importantes.
¿Qué es la izquierda sino la ideología que busca soluciones a los problemas de la sociedad en su conjunto?
¿Podemos hoy desde la izquierda seguir con el mismo discurso con la que está cayendo?
¿Qué es más importante HOY para la izquierda, los marcos, los discursos de la laicidad o los de la calidad en el trabajo?
Estamos dispuestos a resolverles la crisis económica a todos los poderes fácticos conservadores, a facilitarles con nuestro silencio o incluso con nuestro apoyo, que este crisis no se salde con un cambio de sistema. Pero en cambio no somos capaces de aportar ideas que sean capaces de crear un nuevo sistema, un nuevo reparto y control del trabajo, de la producción, de la riqueza.
En realidad las izquierdas ideológicas nos hemos convertido en, otra vez, meros aprendices de brujos que saben hacer la mezcla, pero que nunca celebran la ceremonia de coronamiento de sus ideas.