Dijo Umbral hace ya mucho años, Don Francisco Umbral para los amigos y enemigos —que no sabremos nunca qué eran más— que él no era periodista aunque escribiera en periódicos, y que por eso no tenía que decir noticias. Pero que en cambio había difundido muchos rumores, que eso además era más eficaz y complicado.
Ahora nos estamos empeñando en decir solo verdades, y lo que logramos a cambio es que se digan cada vez más rumores, bulos y mentiras. Cuando alguien dice SI y el otro dice NO, uno de los dos… o miente o está diciendo un rumor o un bulo.
El rumor o el bulo funcionan muy bien, decía Umbral, pues requiere una dosis de imaginación. Mentir es también eso, es simplemente una verdad disfrazada.
Mentir por mentir es de idiotas, pero en cambio mentir pareciendo verdad es de inteligentes.
Hay que seguir inventando rumores, bulos, mentiras, para que ya nadie nos creamos nada de nada.
Por eso intentar decir solo la verdad para ser correcto, me parece una forma de censura. Y lo curioso es que además si mientes te pueden decir que es ilegal. Jodo.
No entiendo bien cuando hacen preguntas en el Congreso de los Diputados, en esas sesiones que llaman de Control, y que se parecen más a un Teatro Romano de gladiadores que se pinchan con sus lanzas, no entiendo bien decía, por qué no se emplea el sarcasmo con normalidad.
Me imagino a un preguntante haciendo la diatriba larga y pesada para desarrollar un tema complejo, y que obtuviera como respuesta un sencillo y simple: —No.
Bueno, o un —Si— según el momento.
No entiendo que en las contra preguntas, cuando ya se entra con toda la mala leche a insultar, no se les responda (me daría igual quien a quien) con una respuesta sabrosa sin insultar, diferente, simpática, amorosa incluso, que descolocara al preguntante.
O una simple respuesta fácil: —Mire usted, como me ha insultado, mientras usted me vaya insultando, yo no le pienso responder.

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