Los medios de comunicación, sobre todos
las televisiones, se están equivocando con la difusión de las imágenes de
ejecución por parte del Estado Islámico, horrorosos pero creados expresamente
para ser difundidos y así propagar el terror, el horror.
Este mismo planteamiento se hicieron en
España durante los años 80 y la autocensura funcionó de alguna manera, para
evitar que los terroristas consiguieran sus objetivos. Es sentido común, es
lógica de defensa, aunque nos pueda suponer aceptar la autocensura como un
elemento de pérdida de derechos.
Para la sociedad actual que consume
noticias como quien consume un programa rosa o los cuernos de un matrimonio
conocido, meter mezclado entre toda esa sopa de noticias la ejecución terrible
en un escenario teatral, perfectamente creado para producir terror, es hacerles
la cama a los directores de la violencia.
Se habla que en estas semanas en España
se está muy pendiente de un posible secuestro muy determinado con posterior
ejecución para simplemente difundirla en los medios de comunicación. Un
asesinato por encargo para que salga en los medios de comunicación. ¿De verdad
no somos capaces de tener sentido común y aprender a defendernos? Las muertes
en manos de guerreros violentos se dan dentro del EI o de Siria, a veces en
Palestina o Ucrania, Irak o por desgracia en carios otros lugares del mundo en
guerra. Todos tenemos responsabilidad en saber discernir qué debemos ofrecer,
de qué debemos hablar. Y los medos de comunicación también tienen su obligación
inteligente.