Ha sido El País de hoy, menos de 12 horas
después de cesar el PSOE a Tomás Gómez y con un sondeo súper urgente que huele
a tocomocho, quien nos señala un camino diferente en la política del futuro. Veamos
cual.
Vamos a creernos el sondeo, vamos a
mirarlo con la lógica del sentido común. Vamos a observar como cambia el voto
de los ciudadanos si el candidato es diferente, pues es lo único que les puede
llevar a modificar de forma tan clara sus intenciones de voto. Eso o la cocina
del sondeo.
Y me voy a centrar en el candidato. Cuando
se ha realizado este sondeo, en Madrid se hablaba de un solo candidato que
sustituyera a Tomás Gómez. Ángel Gabilondo. Un intelectual menos político que
Tomás Gómez. Una figura reconocida y respetada. Y desde el último sondeo habían
sucedido también dos cosas importante. Unas torpezas de libro por parte de
Podemos y el reconocimiento claro de que Ciudadanos estaba en ascenso. Miedo y
contagio como síntomas sociales que se emplean para crecer o menguar. Estamos
hablando de solo 19 días entre ambos sondeos, que solo se refieren a Madrid.
No me cabe duda de la importancia del
cabeza de lista en todos los partidos políticos, en todas las listas. Los
fieles no cambian. Los que quieren cambio político en estos momentos, tampoco
van a cambiar. Pero los indecisos, los que cuando van a votar modifican su voto
según vean al caballo ganador, SI cambian según los líderes de los carteles y
lo que piensan de ellos, lo que creen saber de sus sabidurías, de su capacidad
para crear respeto en la sociedad.
Hay mucho conservador que no quiere votar
al PP pero que en cambio siempre busca al “padre” político que les otorgue seriedad, respeto, tranquilidad,
capacidad de liderazgo. Es el tipo de sociedad a la que a veces llamamos
equivocadamente “centrista”.