La indemnización por despido laboral es
un absurdo mal planteado a costa de juntarse con los numerosos tipos de
contrato posible, lo que convierte todo tipo de trabajo en una serie de
posibilidades a cual más perjudicial para los trabajadores.
Ahora las nuevas propuestas de algunos
partidos políticos van por escalonar las indemnizaciones en caso de despido
según van creciendo los años de duración en el mismo contrato, desde los 8 días
hasta los 33 días por año trabajado (no en dos bloques fijos de pocos días en
los dos primeros años y los 33 días si son más años).
Este método, una vez más, ayuda a que se
despida a los trabajadores según van llegando al primer año de trabajo para que
no aumenten las indemnizaciones posibles y por ello una gran movilidad laboral
en las empresas y una muy baja fidelidad y con ello también una baja
productividad. Así es imposible hacer equipos válidos que se integren en las
dinámicas de las nuevas empresas, las que tienen que crecer y crear riqueza
nacional.
¿Fórmula? Pues justamente al revés. Una
indemnización de 33 días por despido en el primer año de contrato, que iría
bajando progresivamente según aumentaran los años de trabajo con el mismo
contrato. A partir de aquí a negociar con sindicatos. Por ejemplo para explicarlo mejor: al segundo
año 30 días, al tercer año 26 días, al cuarto año 25 días, del quinto al décimo año
23 días, del décimo al quinceavo 20 días por años trabajado. U otro cualquier acuerdo.
Esto es un simple ejemplo por lo que el numero de
días no tiene nada que ver con la realidad que se pueda acordar. Desde los 45
días por año según contratos y fecha de inicio de estos a los 0 días de
indemnización de los contratos en prácticas actuales. Lo que es vergonzoso es
que haya trabajadores con tan diferentes modos de protección social. Y siempre
sin afectar a los derechos adquiridos por contratos anteriores.