18.12.12

Las franquicias nos facilitan la apertura, pero el esfuerzo es el mismo

Hay que salir del desempleo tal vez creándolo para nosotros mismos, intentándolo con la ayuda de las indemnizaciones por despido. Pero nada es sencillo y hay que analizarlo con calma. ¿Estamos preparados para ello? ¿es arriesgado? ¿conocemos qué debemos hacer? Nadie dijo que el autoempleo fuera fácil, nadie dijo que no fuera arriesgado, que no se deban seguir unas básicos consejos de prevención, de control contra la quiebra.

Cuando no tenemos claro sobre qué sector invertir y crear un empleo para nosotros, terminamos pensando en la franquicias como solución más sencilla, pero para que un negocio funcione hay que tener unas base mínimas, que son iguales en un negocio independiente o si acudimos a una franquicia ya establecida como marca.

Debemos hacer una investigación de nuestras posibilidades personales, del tipo de inversión que podemos y debemos hacer, de su rentabilidad a corto y medio plazo, de la competencia contra la que tendremos que pelear en el mercado y de los precios con los que hay que defender la rentabilidad.
Si pensamos en una franquicia, antes de tomar una decisión hay que investigar cómo funciona, en nuestra ciudad y en otras. Hablar incluso con otros franquiciados, ver en los lugares la dedicación necesaria, el tipo de clientes, los lugares donde están asentadas dentro de cada ciudad, el tipo de esfuerzo que requieren, la relación de la empresa franquiciadora con sus socios franquiciados.

Debemos ser muy serios con los capitales que hay que invertir, conocerlos muy bien, no fiarnos de las primeras reuniones y exigir seriedad. Es fundamental no sentirse engañado desde el primer día. Debemos saber muy bien qué parte de la inversión es a costa del franquiciador y qué parte es a costa nuestra. Con el dinero que se entrega a la marca de la franquicia no se cubren todos los gastos, y hay que valorarlo muy bien.

Será complicado que te asesoren en otras empresas de la franquicia de tu ciudad, pero no tanto si acudes a otras ciudades en busca de esa ayuda e información.

Debes estar seguro que sabes vender, producir, fabricar, defenderte bien ante el reto de la nueva empresa. No es tan sencillo como te están planteando, analiza con calma la realidad y toma las decisiones con arreglo a tu análisis. Recuerda que en el caso de una franquicia la calidad debe ser la misma que el resto de empresas que ya llevan bastante tiempo funcionando. No caben medias tintas, hay que ser bueno y dedicar un esfuerzo alto en los primeros meses.

Y por último recuerda que una empresa, sea o no una franquicia, necesita un tiempo de dedicación superior al que consideras normal, al que tengas abierta una tienda o una fábrica. Hay que seguir formándose, vender, hacer publicidad, acudir a gestores y asesores, informarte, pensar y decidir. Pero al final compensa el camino emprendido. No te engañes, es duro, pero es muy interesante intentarlo.