6.10.14

Claves del éxito de la educación en Finlandia ¿Se pueden copiar?

Sabemos las claves del éxito de la educación en Finlandia, país al que ponemos de ejemplo como sistema educativo con nivel de éxitos muy alto. ¿Por qué no los copiamos en España, en otros países? No es fácil, no es barato y sobre todo somos las familias las que más tenemos que cambiar al respecto.

La educación es Finlandia —pero también en todos los países del mundo— debería ser un bien inmaterial cuando se está ofreciendo, que crea bienes materiales para las personas y sobre los países cuando se termina de ofrecer a la sociedad. 

Es un asunto económico de primer nivel a la hora de hablar de inversiones estatales, pues saben que gran parte de la riqueza del país depende de lo bien formadas que estén las personas que lo componen. Es invertir en futuro para recoger beneficios después.

La educación en Finlandia la organizan las ciudades y pueblos, los municipios a través de sus ayuntamientos (que reciben sobre un 75%-80% de fondos del Estado), con nueve años de educación obligatoria primaria y secundaria, desde los 6 años cumplidos. El preescolar no es obligatorio, primera diferencia curiosa, aunque hay muchos centros municipales de educación temprana y en los hogares se enseña a los niños lo más básico, pero con gran dedicación de las familias.

Empiezan pues de forma obligatoria con los seis años cumplidos, pero en solo dos años de educación alcanzan un nivel altísimo en comparación al nivel de los niños de otros países que han empezado el colegio obligatorio con cuatro años. Hasta que los niños no entran en la escuela obligatoria no aprende a leer. 

Un año antes de la educación obligatoria casi el 95% de los niños entran en escuelas preescolares para hacer un curso de iniciación a la escuela donde empiezan a valorar sus capacidades para informar a los padres sobre las posibilidades que tienen en los distintos finales educativos. Al ser muy pronto, son solo indicaciones básicas que sirvan para elegir opcionales y potenciar habilidades.

Durante los primeros cinco o seis años tienen el mismo profesor, sin cambiar de maestro, excepto por fuerza mayor. Es muy difícil que un niño repita y siempre con el acuerdo de alumno y padres. Si un niño tiene dificultades se le apoya con un equipo especial de profesores en clases con un máximo de 5 alumnos, pero siempre basándose en que no debe repetir curso. En las clases hay como máximo 25 alumnos, aunque reconocen que el número correcto no debería superar los 20 alumnos por clase. En las clases además del profesor titular hay profesores ayudantes según la edad de los alumnos y las dificultades de estos.

Desde las guarderías (a partir de 1 año de edad) todos los alumnos son iguales en el sistema público y municipal de formación. La educación es un bien estatal para crear personas formadas que luego trabajarán por su sociedad. No es cuestión de familias y de sus poderes económicos o de sus ideas, es una obligación social igual para todos. Solo en las grandes ciudades existen algunos pocos colegios privados y algo diferentes.

A partir de la educación obligatorio los alumnos pasan al bachiller en más del 50% de ellos. Cada vez hay más servicios educativos para jóvenes de más edad o para adultos que desean y necesitan ampliar sus conocimientos. Solo un 8% de los alumnos abandona el sistema educativo obligatorio. En España es cercano al 33% los alumnos que abandonan antes de acabar un bachillerato o una FP.

Toda la educación es gratuita, desde preescolar a Universidad, tanto matrícula, clases, comedor, libros o material escolar. Pero si por algún motivo se pierde este derecho tienen la obligación de seguir estudiando y pagar los costes.

Las clases empiezan entre las 8,30 y las 9, hasta las 3 de la tarde, comiendo en el colegio sobre las 12 horas. Y realizan un total de 626 horas lectivas en primaria, frente a las 875 de España. En secundaria en ambos países suben las horas en casi 200 horas más al año. Se trabaja mucho en grupos pequeños que se van intercambiando sus integrantes. El profesor es sobre todo un modulador de la clase, un entrenador personal, el instructor que dirige los trabajos enseñando a la vez. Los alumnos son activos con sus conocimientos, los buscan, los hacen crecer; no son meros memorizadores, copiadores de textos literales.

No hay excesivos deberes obligatorios para realizar en casa, aunque se lee mucho y se escriben trabajos en el hogar, pues las familias asumen ellos mismos que sus hijos deben estar muy bien formados.

En los bachilleres y a semejanza de la Universidad, el 40% de los créditos son opcionales entre un gran catálogo, lo que convierte a los alumnos en bachilleres personalizados según las posibilidades de cada alumno. Las notas en la escuela de Finlandia va desde el 4 al 10. Quien no supera una materia, quien no se la sabe simplemente obtiene un 4 pero no una nota menor. Con una aprobación se obtiene un 5 que va ascendiendo según se demuestra una superación mayor.

Las familias basan sus sistemas de apoyo educativo en la responsabilidad individual, en el esfuerzo constante, en la lectura (los fines de semana acuden a las bibliotecas públicas en un 80% de las familias) y en las horas de hogar donde la familia insiste en la formación continua. A partir de 4º se dedica una hora diaria a los deberes del colegio, no excesivos pero si constantes. Pero la familia entremezcla más actividades formativas como si fueran juegos o parte de la vida regular, según edades y aptitudes de cada niño.

Trabajan muy bien los diferentes bachilleres, que especializan convirtiéndolos en temáticos y diversos, según las aptitudes de los distintos alumnos. Los mejores profesores son los que se dedican a los primeros años de colegio, entre los 7 y los 10 años de edad, que es cuando más rápido aprende los hábitos buenos y malos en la educación. A partir de los 12 años de edad comienzan a estudiar un tercer idioma tras el inglés, que suele ser el alemán.

Todos los profesores de lo que son formaciones profesionales tienen que ser maestros del oficio profesional, no sirven los que solo sean profesores teóricos o de Educación, deben tener experiencia laboral en oficios. Todos los profesores tienen una libertad enorme de cátedra, de educación hacia sus alumnos. Y eso junto a buenas dotaciones en material les lleva a una satisfacción enorme con su puesto de trabajo.

Todos los profesores de infantil siguen teniendo un contacto amplio con sus propias Universidades de manera bidireccional. Para dar clases sobre sus experiencias y para recibirlas sobre las novedades.

El oficio de profesor es inmensamente reconocido por toda la sociedad. Faltan muchas plazas para todos los que en Finlandia desean aprender en la Universidad la carrera de Educación y Ciencia, y solo los mejores logran entrar a esta especialidad universitaria, con notas de más de 9 sobre 10 de media. Los profesores ya titulados están constantemente recibiendo cursos de extensión para ampliar sus conocimientos y actualizarlos.

Es normal que los alumnos de Finlandia sepan perfectamente al menos tres idiomas y se defiendan en uno o dos más. Los alumnos de Finlandia leen mucho, interpretan y trabajan los textos que leen y muchas veces buscan conocimientos en idiomas diferentes al suyo o al inglés.

Las diferencias de aprendizaje entre niños y niñas es de los más bajos de Europa. Y el nivel de matemáticas de los más altos entre los países europeos. Los colegios suelen tener un máximo de 400/500 alumnos y por problemas de clima suelen descansar en los amplios y anchos pasillos decorados para ser amables y cálidos. Autodisciplina y acceso sencillo y rápido al profesor para aclarar dudas es otra constante.

Aproximadamente entre el 11% y el 12% del presupuestos total de Finlandia se dedica a educación. Los horarios laborales de los padres, de ambos, es muy compatible con los horarios escolares, lo que facilita que se ayuden mutuamente en casa en la educación, que es principalmente una labor familiar. Las padres participan de la vida escolar y tienen una relación con los colegios amplia y muy satisfactoria.

Las materias importantes son: Lengua materna (puede ser fines, lapón o sueco), inglés, matemáticas, física, geografía, historia, música, arte más naturaleza y salud. Tras estas materias también toman, economía familiar, religión, música o deporte.

Elegir el camino hacia el bachiller o la formación profesional depende de reuniones entre las familias, los profesores y los asesores del colegio. La FP suele durar 3 años con un periodo de 6 meses de práctica dentro de una empresa. De las 120 créditos de esta FP, unos 90 son de la profesión elegida, unos 20 de material troncales fijas y unas 10 de materias opcionales. La idea final es la de trasmitir conocimientos dirigidos a montar su propia empresa, no la de crear operarios para trabajar en empresas ya establecidas.

Las diferencias son tremendas, donde incluso la propia religión del Estado influye en la forma de entender el esfuerzo personal y la constancia. Sin duda los presupuestos estatales también, la forma de respetar al profesor pero sobre todo entender la educación como un valor imprescindible en la vida de cada uno de nosotros, como un activo que nos hará ser personas válidas y poderosas además de felices.

Efectivamente siempre sale a relucir el tema de los suicidios entre la sociedad finlandesa. Tema recurrente para intentar tirar a la basura todo lo expuesto con anterioridad. En España los suicidios no se contabilizan de forma correcta por mera realidad ancestral, interior, religiosa. 

Los suicidas no entran en el cielo. Jope. Finlandia aparece en el puesto número 20 de suicidios del mundo, España en el puesto 60, pero Japón en el 7, Rusia en el 13 y Corea del Sur (la rica) en el segundo. Pero en cambio es un país donde —según el mismo tipo de encuestas— más feliz se sienten los ciudadanos.