16.10.14

Se la juega España. Mucho cuidado con las equivocaciones de salvadoresfáciles

La independencia de Cataluña es un trabajo fino de encaje de piezas que requiere un gran dominio de los tiempos, de los tempos en cada tiempo, de las miradas y los gestos, de las reacciones de "los otros". Pero curiosamente los contrincantes, es decir España y Cataluña, parecen obviarse, como si ninguna parte tuviera enemigos declarados, pues lo importante al final (dentro de no sabemos cuantos años o meses) es lo que piensen en Europa, en la ONU o en la sociedad catalana y española. Vamos, un trabajo complejo que requiere la sabiduría de muchos o la idiotez de unos pocos.

Quien piense que ahora no se está hablando muy en serio de la independencia de Cataluña se equivoca. Como quien piensa que esto es un asunto del 2015. Está en juego la disgregación de la España que desde hace siglos conocemos y no solo la independencia de Cataluña; aunque Mariano Rajoy parezca no estar entendiendo lo suficiente el órdago, cosa que no es cierta, aunque se haga la estatua. Pero responder con contundencia es dar más razones en el futuro a los que juegan a dominar los tiempos.

España puede responder con la ley.
España puede responder con los bemoles.
España puede hacer como que no escucha.
España puede esperar un milagro.
España puede esperar que alguien le saque las castañas del fuego.
España puede convocar elecciones anticipadas.
España puede hablar a todos los españoles y decirnos qué nos estamos jugando

Las variedades son muchas, y no todas sirven para mejorar y algunas para empeorar. Pero las respuestas de reacción también son varias para cada acción que tome España. Y la partida solo termina cuando uno se rinde o hace jaque mate.

Los españoles no sabemos lo que representa esta partida ante la historia de cada uno de nuestros territorios. No nos lo han explicado y recurrimos mucho más a las vísceras que a la inteligencia emocional. No tenemos ni idea en qué situación quedaría de cara a Europa la España del futuro. No sabemos con análisis correcto qué harían después Baleares o Valencia, el País Vasco o Galicia, Canarias o Ceuta y Melilla. La salida de Cataluña dejaría una puerta abierta por donde entraría aire frío o cálido. Europa se posicionaría pero no sabemos cómo, por mucho que nos digan "cosicas" los medios de comunicación españoles. Estos medios no tendrían voz sobre la Europa que decidiría. Y la Europa hoy es sobre todo mercado.

Pero acudir a la fuerza para evitar la situación solo resolvería el momento presente, que a muchos les puede parecer más que suficiente, pero daría más razones a los que saben dominar los tiempos. Con violencia legal o de la que decidan los que mandan, se conseguiría llenar el cajón de las razones  futuras de quien sufre siendo un territorio europeo muy válido y capaz. Y España lograría tener enemigos en vez de vecinos. Ojo con los errores de tamaño superlativo.

¿Hay otras soluciones? Pues si. Sin duda. 

La primera es hablar. Con los catalanes. Con los españoles. Nunca es necesario con Europa, pues es un asunto interno.
Olvidarse de vencer; sino ser capaces de con-vencer.
Olvidarse por todas las partes de la fecha del 9N, fijar otra y hacer pactando un referendum legal y con todas las de la ley. Es decir, campaña para el SI y para el NO, y pactar con todas las fuerzas catalanas representativas un calendario de consulta tras unas elecciones catalanas adelantadas, con el porcentaje que supone aceptar el resultado con la mayoría cualificada, el tipo de pregunta lógica y no ese juego de trampas, y la fecha de una vuelta a consultar salga el resultado que salga.
Por ejemplo: elecciones anticipadas en Cataluña en diciembre 2014. Referendum Legal y pactado en abril 2015. Mayoría cualifica del 60% sobre una participación mínima del 60%. Repetir el referendum en el año 2040.

Pero claro, efectivamente, estos acuerdos NUNCA los aceptaría el PP. Y tampoco ERC. Incluso tampoco CIU. 
Que no gusten a ninguna de las partes ya indicaría que es un camino intermedio, un lugar para negociar, hablar, pactar, buscar salidas legales, modificar, volver a negociar.

El federalismo era una solución posible en el 2013 pero no ahora. Ya no basta a nadie, e incluso el PP no lo hará nunca. Ellos juegan sobre todas las cosas a la unidad de España sin ningún riesgo, algo que no se han enterado, es imposible. El riesgo existe, ahora o dentro de tres años. También juegan desde el PP a ganar tiempo para que la decisión se la trague otro gobierno, lo que demostraría que España les importa menos de lo que dicen, pues buscan el corto plazo. Hemos perdido dos años importantísimos para haber encontrado soluciones, algo más fáciles de las que ahora es posible acordar. La reacción de las partes siempre va en aumento a través de las acciones de las otras partes. O templamos la bola o nos acabará quemando a todas las partes.

¿Hay algún iluso que piensa en la posibilidad de que este asunto solo logre fastidiar a una parte del conflicto? Estos con perdón, son los más peligrosos pues no valoran nunca "el hasta donde" y en toda partida de ajedrez se puede ganar o perder. Pero también se pueden hacer tablas. Solo una de las tres posibilidades te deja como ganador.