
Le sobra un poco de ruido, aunque es también un lugar para leer revistas o libros, para conectarse a internet o para descansar. Es sobre todo un inmenso edificio lleno de gente que nos lleva la ilusión de que todavía el libro es muy importante y que los miles de libros viejos llenos de sabiduría moderna y útil tienen mucha vida por delante.
¿Por que no creemos más en las bibliotecas públicas como lugares que son mucho más que simples almacenes de libros, que necesitan inversiones constantes, ideas nuevas, servicios añadidos?