7.10.14

España (y Aragón) es mucho más de lo que se creen la mayoría de españoles (aragoneses)

A veces como españoles nos cuesta seguir creyendo en el país. Entre el asunto del ébola, grave y preocupante por el descontrol que se refleja, y las barbaridades de los tipejos de las tarjetas negras, damos asco e incluso miedo.

El tema del ébola no debe preocuparnos, a poco que sepamos tomar las medidas correctas. España tiene los mecanismos correctos para controlar esta epidemia, de momento en forma de contagio muy localizado, aunque represente una mancha más en nuestra capacidad para gestionar las crisis. Los sanitarios están preocupados sobre todo por que algunos de ellos ya sabían que los riesgos eran altos y la medidas tomadas muy justas. Pero tenemos los medios para no tener que preocuparnos en exceso.

Pero debemos tomarnos muy en serio nuestro sistema de trabajo, de gestión, de comunicación, de creernos que somos un país importante. Damos la sensación de ser un país de pandereta, lleno de idioteces, de personas poco válidas, de ladronzuelos de media altura. Así nunca lograremos salir de esta falta de respeto social que padecemos como país de juerga y de pena, a partes iguales. Y acabar a gorrazos con toda esta inmundicia mediocre, que solo sabe emborracharse de lujos, colorines y sonrisas falsas.

Y de Aragón podría decir lo mismo, pero ampliado un 50% por no ser soberbio.