31.12.14

Si quieres cambiar tu vida, mañana puede ser tarde

Siempre estamos mirando las situaciones fáciles si lo que necesitamos es cambiar algún aspecto de nuestra vida, todos necesitamos hacer balance e intentamos modificar hábitos o cositas de cara a mejorar. Y admitiendo que hay periodos que son claves, como tras las vueltas de vacaciones o los clásicos primeros de Año, siempre hay que pensar que es necesario el cambio y que NUNCA debemos optar por los caminos más sencillos.

Es un buen ejercicio personal hacer cambios de lo que no nos gusta, pues es bueno ponernos en cuestión la zona de confort, analizar qué debemos, podemos y sabemos cambiar a mejor, en qué creemos que debemos seguir avanzando.

Y los puntos de inflexión son importantes para plantearnos cambios, para analizar lo que estamos haciendo en todos los ámbitos de la vida y pensar si vamos a ser capaces de cambiarlos a mejor. De esta manera, las empresas, las personas, mejoramos y avanzamos.

En el año tenemos al menos dos puntos de reflexión muy marcados en el calendario. Al final del verano, puede ser septiembre. Y al final de cada año. Pero también cuando lo necesitemos. Reflexionar sobre nuestra vida debe ser casi constante.

No se trata de pensar en imposibles, los cambios importantes empiezan por un primer paso pequeño. Y no se trata tampoco de locuras, de cambios radicales, de irreflexiones. Todo hay que hacerlo con la tranquilidad de la reflexión. Y ser constante en el cambio si ya hemos decidido que es necesario. 

Y recuerda: cada año nuevo empieza cuando nosotros queremos, no cuando nos lo marca un calendario de papel.