Mientras yo saco cuentas para jubilarme cuanto antes, leo con interés que la AARP, una asociación americana, está redefiniendo la edad de jubilación de manera global.
Un gran número de empresas americanas ante la llegada de la edad de jubilación de la generación del baby boom, se está planteando cambios curiosos, en EEUU se van a jubilar en los próximos 15 años el doble de personas que entrarán al mercado de trabajo, y el problema no es tanto el coste económico de la prestación (allí menos ya que las jubilaciones son muy distintas a las nuestras) sino el coste económico por la falta de mano de obra cualificada que cubra los huecos que se forman.
De golpe han descubierto que la gente de 50 años (es la edad límite) es interesante en las empresas. ¡Guauuuuu!.
“Las empresas están incorporando a los trabajadores que tienen más de 50 años. Cuando hablan de trabajadores veteranos en el fondo hablan de dedicación, comprensión de los clientes, lealtad. La experiencia es importante. Y estos trabajadores suelen tener experiencia”.
¿Y qué hacen las empresas?, pues han creado un sistema muy eficaz para mantener a sus trabajadores.
Nuevas condiciones de trabajo.
Intentan retener a sus trabajadores con un cambio en sus condiciones de trabajo sin que afecten a su futura pensión, con ayuda claro, de algunas leyes.
Tiempo parcial en los años de transición, un número de semanas al año son suficientes para tener derecho a un año sabático sin cobrar pero con mantenimiento de las garantías, trabajos voluntarios organizados por la Administración con cobros de sueldos de garantía social, creación de empresas de autoempleo o de formadores o de asesoramiento, nuevos trabajos en las mimas empresas pero que sirvan de puente entre unas décadas constantes de trabajo y un último periodo de descanso, como entrar a formar parte de secciones de RRHH, de formación o de acogida.
Todo con tal de no perder lo que saben los que se van para que lo enseñen a los que entran desde el vacío. ¿Qué queda de una empresa si parte de la sabiduría de sus miembros se escapa?
Y no debemos confundir jubilación con paro, con inactividad.
En EEUU a partir de los 49 años, se considera que es muy difícil encontrar trabajo si terminas en el paro, y los trabajadores han aprendido a no buscarlo. Esperan a ser llamados o a replantearse la vida o a reinventar su futuro.
Y curiosamente las empresas grandes se han dado cuenta de que las reconversiones laborales en estos momentos se tienen que hacer en otros segmentos de la plantilla, en mandos altos que no cumplen sus expectativas, en vendedores de alto sueldo que no caen ya bien a sus clientes o que han perdido la gracia de abrir puertas, en directivos que se han quedado anticuados porque no saben 3 idiomas y se han aburguesado.
Y curiosamente esas mismas empresas cuidan la formación de sus mandos intermedios de 50 años, por sistemas que convalidan formación profesional por créditos universitarios, para actualizar y motivar a personas que posiblemente tengan ya un futuro realizado pero que no son deseables que se pierdan sus conocimientos profesionales en aventuras en otros sectores.
Siempre se puede aprender de los demás, aunque sean americanos.
Un gran número de empresas americanas ante la llegada de la edad de jubilación de la generación del baby boom, se está planteando cambios curiosos, en EEUU se van a jubilar en los próximos 15 años el doble de personas que entrarán al mercado de trabajo, y el problema no es tanto el coste económico de la prestación (allí menos ya que las jubilaciones son muy distintas a las nuestras) sino el coste económico por la falta de mano de obra cualificada que cubra los huecos que se forman.
De golpe han descubierto que la gente de 50 años (es la edad límite) es interesante en las empresas. ¡Guauuuuu!.
“Las empresas están incorporando a los trabajadores que tienen más de 50 años. Cuando hablan de trabajadores veteranos en el fondo hablan de dedicación, comprensión de los clientes, lealtad. La experiencia es importante. Y estos trabajadores suelen tener experiencia”.
¿Y qué hacen las empresas?, pues han creado un sistema muy eficaz para mantener a sus trabajadores.
Nuevas condiciones de trabajo.
Intentan retener a sus trabajadores con un cambio en sus condiciones de trabajo sin que afecten a su futura pensión, con ayuda claro, de algunas leyes.
Tiempo parcial en los años de transición, un número de semanas al año son suficientes para tener derecho a un año sabático sin cobrar pero con mantenimiento de las garantías, trabajos voluntarios organizados por la Administración con cobros de sueldos de garantía social, creación de empresas de autoempleo o de formadores o de asesoramiento, nuevos trabajos en las mimas empresas pero que sirvan de puente entre unas décadas constantes de trabajo y un último periodo de descanso, como entrar a formar parte de secciones de RRHH, de formación o de acogida.
Todo con tal de no perder lo que saben los que se van para que lo enseñen a los que entran desde el vacío. ¿Qué queda de una empresa si parte de la sabiduría de sus miembros se escapa?
Y no debemos confundir jubilación con paro, con inactividad.
En EEUU a partir de los 49 años, se considera que es muy difícil encontrar trabajo si terminas en el paro, y los trabajadores han aprendido a no buscarlo. Esperan a ser llamados o a replantearse la vida o a reinventar su futuro.
Y curiosamente las empresas grandes se han dado cuenta de que las reconversiones laborales en estos momentos se tienen que hacer en otros segmentos de la plantilla, en mandos altos que no cumplen sus expectativas, en vendedores de alto sueldo que no caen ya bien a sus clientes o que han perdido la gracia de abrir puertas, en directivos que se han quedado anticuados porque no saben 3 idiomas y se han aburguesado.
Y curiosamente esas mismas empresas cuidan la formación de sus mandos intermedios de 50 años, por sistemas que convalidan formación profesional por créditos universitarios, para actualizar y motivar a personas que posiblemente tengan ya un futuro realizado pero que no son deseables que se pierdan sus conocimientos profesionales en aventuras en otros sectores.
Siempre se puede aprender de los demás, aunque sean americanos.
