24.5.23

Jugamos a joder la Democracia y no nos enteramos

Resulta complicado enterarnos de que hay organizaciones que se dedican a comprar votos en la España del siglo XXI. Siempre ha existido el convencimiento de que en algunos lugares en donde se juntaban personas muy mayores y partes religiosas de la sociedad, se convencía o se entregaban sobres cerrados para ir a votar. Nunca fuimos capaces de hacer nada para evitarlo.

Pero lo de ahora, lo de Melilla o Almería (de momento) toca la fibra de cualquier demócrata. Si ya los políticos estamos muy mal vistos, si ya se nos acusa de todo y nada bueno —la inmensa mayoría de las veces de forma equivocada pero imposible de convencer lo contrario— ya solo nos faltaba eso para terminar de cagarla. 

No me entra en la cabeza y sin duda calificaría de tonto inútil a quien lo está intentando (presuntamente) que a estas alturas de la historia de España estuviéramos jugando a hacernos trampas y algo que hay que atajar de la manera más potente posible. Similar y mucho más contundente sería todavía, si lo comparamos a los modos que hay que emplear para atajar el racismo entre las masas sociales.

Nos jugamos todos la democracia, y quien piense que está asentada y que solo se trata de cambiar de políticos, se equivoca. La democracia no es algo eterno, se puede ir a la mierda si no la cuidamos y ejemplos tenemos en toda Europa. Así que bien, podemos mirar a otro lado o exigir contundencia. 

Ajovín