31.8.09

La sombra del poder o de la corrupción política

Tras ver la película “La sombra del poder” uno entra en la depresión política de que incluso lo que puede parecer que termina regular, es malo de gestación e inicio.
Uno, que viene de la política que se creía limpia y pura (jilipollas nosotros por dejarnos seducir con tamaña enfermedad) cuento observa o huele de cerca la basura política, le entra un canguelo digno de gente más joven, y encima no quiere creerse nada de lo que observa, porque le parece imposible admitirlo y no cagarse en todo. Es una mezcla de miedo y resignación, de cobardía y admisión como herramienta para poder seguir en la pomada aunque sólo sea de testigo.
En los barrios son las asociaciones de vecinos compradas, en la ciudad las empresas que se repiten en todo tipo de obras públicas y en el Estado las leyes y los momentos, la manipulación de los pensamientos sin que nos demos cuenta de la gastronomía de microondas en que convierten las aparentes libertades de todos y todas.
O damos una patada en la mesa o nos quedaremos sin mesa en pocos años. Los optimistas dicen que en pocas décadas.

Por cierto, la película "La sombra del poder" está muy bien, sobre todo (creo) la interpretación de Russell Crowe, aunque a mi gusto falla el final. No es que me hubiera gustado el final más lógico, que también, sino que da la sensación de ser un final elegido y metido con calzador. Por lo demás, muy buena película.