6.9.12

Europa puede perder su sentido en un mundo globalizado

Que el mundo está cambiando no es nuevo ni novedoso. Pero asumirlo es una asignatura pendiente de los occidentales. Los mundos se cambian por la acción de las personas, por los grupos humanos que se transforman y van cambiando por diversos motivos, contra los que muchas veces no se pueden oponer los que salen perjudicados. Y ahora nos toca a los occidentales asumir cambios que nos pueden transformar en menos válidos, menos ricos, menos importantes.
Somos siete mil millones en el mundo, de los que en las dos/tres últimas décadas, unos dos mil millones han dejado de ser pobres totales (extremos) para empezar a consumir y a ser protagonistas de su futuro. Esperando esta entrada en el primer y segundo mundo, están otros dos mil millones de personas, que lo harán en breves años. Esto es muy positivo, humanamente inaceptable que no se haya producido antes. Pero un gran reto para el mundo cómodo occidental que no sabe como reaccionar.
Ahora son dos mil millones de personas las que han dejado de comer arroz y maíz en los últimos años para empezar a tomar proteínas. Cientos de miles de personas que han empezado a consumir de todo lo que nos creíamos los occidentales que casi nos pertenecía en propiedad única.
Esto es muy positivo, si no fuéramos nadie miopes por el egoísmo y la especulación. Pero los caminos emprendidos parecen otros. Los países emergentes ya están comprando grandes cantidades de terrenos en el Tercer Mundo para cubrir sus necesidades de alimentos nuevos. Se vende África y América del Sur si se deja, que parece que en parte si. Pronto vendrán a Los Monegros que como siempre han estado secos nos hemos creído que no valían para nada. Compran todo lo que se menea, empresas en crisis o acciones de bancos. Ellos tienen dinero, los europeos no. El Segundo Mundo, el emergente, se intentará apoderar del Primer Mundo para ocupar su puesto, a costa muchas veces del Tercer Mundo al que intentará levantar solo lo justo para aprovecharse de sus posibilidades económicas. Algo de lo que en el Primer Mundo ya tenemos sobrada experiencia.
He empezado diciendo que los mundos se transforman por iniciativa de las personas. Y sigo diciendo lo mismo, aunque no lo parezca. Las personas son las protagonistas. Pero es cierto que los grupos humanos se manipulan, se mueven según le interesa a grandes corporaciones. La defensa ante la manipulación siempre tiene que venir desde grupos igual de fuertes, de inteligentes, de (lo siento) manipuladores.
Y Europa está jugando a ser menos fuerte cada año que pasa. En una década, a lo sumo dos, si no sabe trabajar la unión, Europa no tendrá importancia más que para hacer guerras, como ha sucedido siempre en la historia universal. Europa se juega su futuro, el del próximo siglo, en a lo sumo un par de años.