20.2.13

No hay que debatir el Estado de la Nación. Hay que resolverlo

Se celebra el Debate del Estado de la Nación, como si aún no se hubiera debatido en estos meses con suficiente consistencia. La Nación, jodo, el Estado o los Estados más bien, están muy jodidos, casi terminales y en manos de un buen montón de incapaces. ¿Hay duda de ello?, si tienen dudas que les pregunten a los millones de desempleados, de desahuciados o de personas que han visto perder derechos, servicios y sueldos.

No es necesario enfrentar a los partidos políticos entre ellos, a los líderes más bien pues solo unos pocos hablarán en nombre —creen— de todos, para generar más tensión pero ninguna solución.
Ahora plantearán reformillas, pero no se entiende por qué hay que esperar a mitad de febrero para realizarlas si funcionan para salir del pozo. Y se dirán entre ellos de todo menos guapos pues lo que está cayendo es muy duro. Dirán que ahora si, van a reformar leyes para evitar la corrupción, es decir, los asesores de los corruptos tendrán que revisar otra vez nuevas leyes para ver por donde meterle manos a las trampas, para seguir haciéndolas. Todo mentiras de incapaces.
¿Que qué hay que hacer?, pues tomarse en serio que nos estamos jugando el SISTEMA, el ESTADO, la sociedad que ya teníamos. Que han sido muchos los que han jugado contra los españoles a joder, a llevarse a su cueva todo lo que podrían arramplar, que desde Europa nos están engañando pero además —debemos reconocer— están también hartos de tener paciencia con los españoles, que les parecemos unos jetas de libro, tocando de cerca la enfermedad mental.
La soberanía ya no está en el Congreso ni en la calle. Lo gravemente triste es que la actual soberanía la tiene quien sea capaz de resolver los problemas. Y esto puede venir desde cualquier lugar, incluso ilegal o violento. La sociedad busca, necesita, soluciones. El que se las ofrezca, ojo, será aplaudido con las misma fuerza con la que ahora se insulta a todos los políticos. Y esta osibilidad es muy grave.