19.2.13

Historietas del espionaje político, que SI existe en Cataluña

Los espías españoles, lo sabíamos, son chapuzas. Ahora resulta que igual trabajan junto al CNI, se mezclan y solapan micrófonos en la misma comida, te espían si eres ministro, amante o simplemente un cabreado con cualquiera. O según comentan, al dueño le ponían los pasos de cebra y se ponía nervioso en cuanto veía uno en el suelo, que no es importante pero denota de qué tipo de personas nos estamos fiando en este santo país.

Los deseos escondidos de crear un propio CNI en Cataluña les llevó a algunos a fiarse de los primeros espías que conocían, sin pararse a pensar que montar un tinglado de estos requiere tiento e inteligencia de todo tipo. Pero se dejaron llevar más por los deseos y pasaron a contratar al especialista a seguir esposas con picardía para que siguiera a políticos que iban a comer a Barcelona su excelente bacalao o unas paellas.
La duda es saber si estos líos también se hacen en Soria, en Tarragona o en Teruel por poner otros tres ejemplos. Más que nada por saber si estos espionajes durarán muchos meses o pocas semanas. De momento lo bueno es no fiarnos de restaurante finos, de centros de flores en la mesa o de personas que nos siguen en moto. Y si hay duda elegir tú mismo el restaurante, a ser posible una tasca en donde sirven sardinas asadas y hablar poco.

Son historietas del espionaje político, que SI existe en Cataluña, que han jugado con él tanto desde CIU como desde el PSC como desde el PP. Y que ahora está explotando entre las manos de todos los implicados, que son casi todos. Jodo qué tropa tenemos en este santo país, mecachis.