17.11.11

¿Cuanto vale vivir en España, en un país occidental?

¿Cuándo vale poder vivir en España?, ¿cuánto vale poder vivir en un país occidental?, ¿cuánto pagaría usted para seguir viviendo en España, qué parte de sus ingresos cree que deberíamos pagar cada uno de nosotros por poder vivir y seguir viviendo en un país como España? 

Nos creemos que vivir en España, en la España de 2011, o en la de 2008, es un lujo que nos ha tocado en suerte como al que le toca la lotería. Simplemente por nacer. Y que no tenemos la obligación de mantener lo que nos han entregado nuestros padres, cuidarlo y si es posible aumentar su calidad como sociedad.

Pero la verdad es que nos creemos que levantarnos y salir a la calle es gratis. Que con lo que nos cobran en impuestos —por cierto estamos convencidos de que es un exceso sin control— es más que suficiente para que todo funcione.

Pero no somos capaces de plantearnos que a lo peor no es así, que cabe la posibilidad de que el mundo que nos hemos dado para envolvernos, sea mucho más caro de lo que estamos dispuestos a pagar por ello.
Y me dirijo a los trabajadores mileuristas y a los millonarios que defraudan. A la clase media y a los jubilados. Pagamos IRPF, IVA e impuestos varios, nos parecen excesivos, pero no nos planteamos que igual son muy pocos. Que si entre todos debemos, puede que parte sea por despilfarro, pero puede que gran parte sea por falta de ingresos.

¿Es despilfarrar que el autobús urbano cueste un 55% de su precio real?, ¿lo es que haya médicos las 24 horas del día en casi todos los barrios de cada ciudad, para atendernos? ¿lo es que la educación pueda ser gratis y que además nos entreguen los libros para estudiar o que la Universidad cueste —más ó menos— un 15% de su valor real? ¿seguimos creyendo que cada kilómetro de carretera, cada semáforo, cada museo o cada aeropuerto —jodo, qué despilfarro en este asunto— se puede pagar con nuestros IVA o IRPF?, ¿cuánto nos cuesta cada semana que los militares sigan aprendiendo a disparar cañones aquí en Zaragoza? ¿y a volar con los acciones que —menos mal— nunca se emplean para lo que se fabricaron?

Pagamos también con nuestro voto. —¡Joder! Ahora nos sale este con el voto ¿verdad?—, pues si. Pagamos también, además de con los impuestos con nuestra participación social. ¿Hemos asumido que para que esto funcione debemos hacer algo más que quejarnos?