1.11.11

La utilidad de los buenos amigos, para momentos de crisis

Tener buenos amigos es tener tesoros escondidos. No hay que perder su contacto ni dejar de regarlos con dedicación, pues se pueden secar; aunque tampoco hay que asfixiarlos, porque necesitan respirar desde su vida y tener suficiente espacio propio, mucho más que otros compañeros de vida. 

Los amigos son para los momentos de crisis. Y para los momentos de alegría o de convivencia sosa; son para aguantar lo que nos entregue y para recoger sus problemas e intentar resolvérselos. Y si no, al menos, escucharlos. Son diferntes a nosotros y eso es una gran ventaja pues su manera de pensar es complementaria y nos ayuda a enriquecernos.

Escuchar es algo que casi ya no sabemos hacer; eso y tocar. Nos tocamos muy poco.

No escuchamos porque sobre todo queremos hablar, y debe ser que casi no tenemos ocasión de hacerlo y aprovechamos cada instante de silencio para meter bocadillos de palabras, cuando muchas veces lo que mejor deberíamos hacer, es simplemente escuchar y atender.

Y en cuanto a tocarnos, pues eso, el contacto físico es muy necesario, nos trasmitimos energía de la sencilla pero de la buena, sensaciones y calores, fuerzas y debilidades, que debemos compartir. Tocarnos es sobre toso eso, compartir y trasmitirnos.