4.11.11

Por qué caemos dentro de las sectas. Algunos apuntes

Nos podemos preguntar: "¿Por qué las personas caen en la trampa de las redes religiosas, en las sectas? ¿Qué razones puede tener una persona para entregar su voluntad, su dinero, su libertad y su mente a un grupo de presión liderado por psicópatas, sobre todo cuando en esa entrega se pierde más de lo que se gana? Sin dudas los líderes de las sectas son muy hábiles en dominar a las personas, incluso se diría que cuanto más inteligente y preparado sea una persona, más sencillo lo tienen para engañarle y sin duda más premio —sobre todo económico— obtienen si al final consiguen su objetivo.

El ser humano es, por naturaleza un ser social y sociable. La soledad es necesaria, sí, pero la compañía de otros seres humanos es también esencial para nuestra salud física y psicológica. Todos deseamos compartir y ser comprendidos. Esto lo saben muy bien las sectas y sus líderes manipuladores. Por eso anuncian sus ideologías como la solución a la soledad: ofrecen amor, compañía, comprensión, amistad, etc. Se presentan como un grupo de personas que están dispuestas a cerrar filas por ti, a acompañarte en las buenas y en las malas situaciones vitales. Las personas que entran en las sectas se sienten inmediatamente acogidas como los protagonistas de una aventura única a la que sólo tienen acceso los elegidos. Lo que no se les informa es que estos ofrecimientos no son gratuitos. Te exigen obediencia ciega, lealtad a costa de lo que sea. 

Las personas necesitamos novedades, experiencias fuertes, soluciones fáciles, de éxito. Hay está de moda todo lo mágico, lo esotérico, lo parapsicológico, lo ufológico, lo que no requiere esfuerzo. A través de las sectas se pretende ofrecer respuestas a todas las preguntas e inquietudes de forma fácil y rápida. Los líderes manipuladores saben lo que la gente quiere y se lo ofrecen con bombas y platillos.

Se predica en muchas de ellas que los valores tradicionales son viejos y han demostrado su incapacidad para hacernos felices. Por eso hay que tirarlos a la basura y sustituirlos por otros que, por nuevos, son mejores. Hoy día está generalizada la idea de que lo nuevo es mejor que lo antiguo, aunque lo nuevo no sea más que asuntos renovados de lo que ya conocían incluso nuestras abuelas. 

Las personas quieren la felicidad aquí y ahora. No se quiere trabajar fuerte ni esperar mucho tiempo. Vivimos en la era de lo inmediato y por eso lo queremos todo rápido En las sectas las personas buscan renovar su fe y su esperanza con ideas que les actualicen las promesas del mundo feliz aquí y ahora.

En este nuevo siglo caracterizado por las comunicaciones y el exceso de información parece contradictorio señalar ésta como una razón para entrar en las sectas. Lo que sucede es que, precisamente el exceso de información ha provocado desinformación, lo que en antropología se llama entropía cognitiva. Tenemos acceso a tanta información para tomar decisiones, tantas opciones a nuestro alcance, que esto mismo nos atonta. Pero como nos gusta lo fácil y rápido, no queremos perder tiempo en informarnos. Encontramos más ventajoso que un líder esté dispuesto a lograr lo mejor de nosotros tomando él las decisiones y los riesgos.
Todas las personas hemos pasado y pasaremos alguna vez por crisis ya sean por fracaso escolar, pérdida de un ser querido, problemas con los padres, etc. Los líderes de las sectas saben jugar con estos momentos de crisis, cuando la personas es más débil, para llevársela a su regazo con la promesa de que les enseñará la solución para salir y ser nueva persona.