5.11.07

Alcohol

La culpa no es del producto, es de la sociedad que no ofrece alternativas.
Es la historia de muchos vicios que últimamente está sufriendo en silencio la sociedad porque a los adultos nos asusta tomar el pulso a las posibles soluciones..
No se obliga a nadie a beber, o si.
Tal vez la propia sociedad no otorgando futuro ni alternativas esté llevando a un uso desmesurado de algo que es potencialmente peligroso pero por su cantidad, no por su calidad.
Sirve el ejemplo igual para el tocino, la velocidad, el agua mineral o el sexo.
¿Que engancha el alcohol?, claro, pasadas las cifras normales engancha, como engancha ir a 200 por la autopista, o engancha no trabajar y vivir a costa de los padres o engancha el juego o incluso en algunos casos ciertos deportes.
Los adultos tenemos gran parte de culpa. No pensemos en el alcohol como algo abstracto, no decidamos que prohibir es lo correcto porque en los últimos 40 años nunca hemos tenido tantas cosas prohibidas como ahora. ¿Partíamos de una sociedad viciosa o de una sociedad sin ligertad y no hemos sabido darle alternativas?
Yo no veo vida en los barrios que esté fuera de los bares o de las salas de juegos.
Repito.
Yo no veo alternativas a la juventud en sus barrios para que no recurran al alcohol y al botellón o a la pastilla.
Repito.
Muchos de ellos no tienen alternativas educativas modernas ni laborales en condiciones ni formativas con arreglo a su edad.
Muerto el aprendizaje por viejo y abusón, hemos creado un vacío laboral y de futuro que no se cubre.
Nos llenamos la boca todos al decir que la FP funciona de maravilla cuando es mentira. Simplemente mentira, no erróneo, mentira.
Y es mentira porque sospecho que los que lo dicen de manera equivocada están preparados y tienen suficiente información para pensar que no es un error.
¿Quiero decir que los que trabajan no se drogan o no se emborrachan?
No.
Quiero decir que estamos convenciendo a la juventud a partir de los 13 años de que no hay futuro, y de que lo tienen crudo, muy crudo, y que el esfuerzo no se valora.
Se puede trabajar y se puede estar sin motivación ninguna porque sabes que el puesto de trabajo es malo y te va a durar muy poco. Esos jóvenes no van a querer cuidar su trabajo, su vida laboral, no van a querer aprender y ascender en un oficio que les da igual porque también a ellos los trata mal. Y recurren a vivir al día, simplemente a no creer en casi nada.
¿Cuantos jóvenes de los que trabajan hoy, serían capaces de asegurar que dentro de 5 años van a seguir en su mismo oficio? No valen los hijos de los jefes.