20.11.07

Berlusconi y la venta

El Sr. Berlusconi otra cosa no será, pero vendedor de ideas sin duda. Así que como buen vendedor de márketing político ahora que llevamos unos días con este tema, vamos a ver un poco de su nuevo invento.
Decide disolver su partido anterior "Forza Italia", un buen nombre para un partido que le valió gobernar unos cuantos años.
Y al mismo tiempo decide crear ante las pocas expectativas de repetir éxito con su viejo invento, un partido nuevo que llama "Pueblo de la Libertad" y avisa que será asambleario y popular. Un partido para el pueblo, abierto a los votantes de izquierdas.
De hecho el pasado fin de semana puso mesas en toda Italia solicitando el voto contra Prodi, y anuncia a bombo y trompeta que de los 7 millones de firmas recogidas ¿?, avisando que la mitad son de votantes de izquierdas.

Berlusconi está practicando el juego que ya antes, mucho antes, practicaron partidos tan dispares como Falange Española o los Peronistas. Políticas populares dirigidas a las clases obreras pero desde una política de fondo conservadora.
El mensaje es el que muchas veces marca la marca. Y perdón por la redundancia.
Un partido ES de derechas o de izquierdas, independentista o españolista por sus mensajes. Porque lo que queda en la mente de los ciudadanos es eso, mensajes de los dirigentes y de los medios de comunicación. Nadie se pone a mirar si los programas son conservadores, liberales o socialistas. El cliché lo pone el mensaje y sobre todo y esto es curioso, la teatralidad del mensaje, el envoltorio.

Si tú das un mitín de fin de campaña y detrás aparece un fondo violeta y hablas de Aragón como tierra harta de sus desdichas y abandonada por el Gobierno de Madrid y entre el público aparecen en las imágenes 3 banderas republicanas, el elector se queda que ese partido es independentista y republicano. No escucha más.

Una imagen entra mucho más rápido y se retiene durante más tiempo que unas palabras.

Si en ese mismo mitín de fin de campaña, tienes detrás un gran panel de imágenes de personas de la calle, en rojo y amarillo formando la bandera de Aragón, y todo el público lleva la bandera de Aragón y hablas de futuro y de la juventud y de los hijos de todos nosotros a los que hay que dejarles una tierra con futuro, el elector se quedará con un partido aragonés que cree en su gente y piensa en todos, también en los no electores.

Luego el elector y antes el partido, es libre de elegir con libertad qué tipo de decisión quiere plantear o tomar. Pero el envoltorio manda.

Berlusconi ha envuelto su partido de más populismo todavía, para aquellos que creían que era imposible superarse. Lo ha envuelto en un papel TOTAL. Tan total que se le puede romper antes de empezar a utilizarlo.