16.9.08

La reforma del mercado de trabajo

En muy poco siglos hemos pasado de trabajar en el campo a trabajar en fábricas para pasar a trabajar en casa.
Hemos pasado de trabajar con la tierra y productos terminados a trabajar con productos intermedios que ayudábamos a crear en una parte, para terminar trabajando con productos que no llegamos a comprender y que no tienen forma.
Hemos pasado de trabajar con bueyes a trabajar con máquinas para pasar a trabajar con software.
Desde trabajar para nosotros y la familia hemos pasado a trabajar para un empresario para terminar otra vez trabajando para nosotros teniendo como clientes a muchos empresarios.
Los horarios de trabajo han pasado desde el “de sol a sol” al de “jornada continua” terminando en el actual de “trabajar en cualquier momento de la semana”
Sin duda estos cambios, que se aceleran progresivamente a una velocidad impresionante, no han terminado. No tiene pues sentido hablar con lógicas antiguas para encontrar soluciones a problemas que todavía no podemos comprender, por novedosos.
El autoempleo va a ser la tónica futura, pero gestionado todo desde el hogar, no creando producción sino servicios que tendrán un valor relativo basado sin duda en los conocimientos.
Quien pretenda vender servicios que los otros puedan hacer, fracasarán. Sólo los que vendan servicios que nadie puede hacer tendrá éxito.
Servicios duros y de fuerza o servicios con una muy alta preparación.
Desde personas que sirven a enfermos a ingenieros que resuelven problemas.
Aquellos trabajos que nadie quiere hacer, a medio plazo, se tendrán que pagar mucho mejor.
Aquellos trabajos que podamos hacer todos nosotros en casa, aunque no seamos profesionales, no valdrán nada.