14.9.08

Olores sexuales. Consejos.

Todas las personas olemos de una manera determinada, aunque a veces lo disimulemos con perfumes.
En el sexo el olor es parte indisoluble del placer, de la relación, del sentirse a gusto con la persona que te acompaña.
Las mujeres saben jugar muy bien con los olores, con los perfumes, con la suavidad de un pequeño toque en algunas zonas o con la fragancia que todo lo inunda.
Los hombres somos mucho más torpes, no usamos mucho los perfumes, y acudimos al sexo con la presencia propia de nuestros olores limpios, que si bien a veces no resultan desagradables, otras veces impiden el ejercicio del sexo con tranquilidad.
Debemos saber todos a qué olemos y con qué potencia.
Un olor que hay que eliminar por encima de casi todos es el de tabaco. En el sexo el olor a tabaco sobre todo si la otra persona no es fumadora, desagrada enormemente.
El perfume natural del hombre suede agradar a una mujer, si no es penetrante y si respira limpieza.
Las personas excitadas, sobre todo las mujeres, emitimos un perfume más potente que debemos conservar y a ser posible no emascarar, pues ayuda a la excitación del otro personaje de la relación. Algunas personas se dejan guiar por su olfato a la hora de elegir pareja tanto para contactos sexuales como para relaciones sencillas, de amistad, de diálogo.