31.12.09

Salarios mínimos. Un análisis teórico.

Una de las críticas que se hacen al salario mínimo, domo “objeto económico” es el hecho de distorsionar el mercado, de forma que un trabajador que “valga” menos de lo que el estado le establece como salario mínimo, no podrá trabajar, por que a las empresas no les sale rentable.
¿Pero cual es el valor de los trabajadores? ¿Podemos decir tan alegremente que su valor en el mercado es aquel por el que estamos dispuestos a pagar?

En condiciones normales, si. Una acción vale nada más y nada menos que lo que el resto de personas tiende a valorarla.
Pero en algunos casos existen efectos que tienen valor para la sociedad en su conjunto, pero que nosotros, como individuos, no podemos ver. Valor que el estado debe asegurarse de pagar. El derecho a una vida digna, a una minima dotación económica que permita al individuo vivir libremente y el amparo salarial tras las escasas condiciones de negociación que tienen muchos empleados, obligan a la sociedad a establecer unos mínimos salariales que permitan el bienestar para todos los ciudadanos.

Es difícil encuadrar el salario en el ámbito económico por su gran trascendencia tanto en el ámbito de la renta, la producción, y el sistema monetario.
No solo es una parte de la renta futura que condicionará el nivel de demanda, es la contraprestación de un servicio dado, el mantenimiento de un nivel de vida y una transferencia monetaria pura.
Mirar a un único lado de esta variable puede condicionar como creemos que debe ser su comportamiento, y como efectúa cambios en la propia economía.

Un elemento clave, impuesto por el sistema estatal, son los salarios mínimos. El arma efectiva que pueden emplear para modificar la estructura de salarios, sin interferir directamente en las intermediaciones de la demanda y oferta del mercado de trabajo, más allá de unos mínimos establecidos. ¿Cómo podemos justificar estos salarios mínimos? ¿cómo podemos justificar su aumento? Y sobre todo, ¿Cómo afectan al sistema?