29.10.12

Nunca pidas un crédito para pagar un crédito. Hay otras soluciones

En mis años de empresario tenía un lema que a veces me costaba alguna discusión con mis socios.

“Nunca pidas un crédito para pagar un crédito”
No es lo mismo, ni mucho menos, una refinanciación de una deuda o de un crédito, que solicitar un nuevo crédito para pagar el antiguo. Y vamos a explicar las diferencias, que parecen mínimas pero que en realidad no lo son.
Refinanciar un crédito supone sentarse en una mesa las dos partes, banco (generalmente) y responsables de la deuda, y buscar la manera de hacer digerible y más segura a ambas partes la resolución de la deuda. Se suelen buscar periodos más largos de amortización, incluso periodos de cadencia, y también condonación de gastos de demora. Para ello a veces se solicitan nuevos avales que se pueden gestionar. NUNCA se aumenta la cantidad de la deuda, los bancos ya saben que si hay dificultad para pagar lo que se debe, hay que buscar fórmulas para hacerla digerible sin aumentar las cuotas mensuales.
Es fundamental para mi, que no aumente la cantidad que se debe. Si con la actual deuda no hemos sido capaces de pagar las cuotas mensuales, menos lo seremos con una deuda mayor y unas cuotas mayores.
Pedir un nuevo crédito parte de la suma de la cantidad de amortización y (casi siempre) una cantidad añadida para intentar hacer de nuevo viable el negocio o para tener un colchón para momentos de crisis o dinero nuevo para poder gastar lo que se lleva unos meses sin poder consumir por efectos de los impagos o de las cuotas que asfixian. La entidad financiera que entrega el nuevo crédito parte de una posición de más fuerza, acudes a él para solicitar un crédito y sabe perfectamente que parte es para pagar lo que ya ahora NO PUEDES pagar.
Pero básicamente hay que asumir que si NO HAS PODIDO pagar un crédito, se debe a una errónea gestión que hay que modificar. Normalmente no es por un momento puntual, una tensión en la tesorería, una crisis momentánea. Se requieren cambios y modificaciones y el banco te los va a solicitar. El nuevo Plan de Empresa lo tendrás que engañar para que cuadre. Y simplemente te estarás engañando tú.
La solución pasa por estudiar los motivos reales que te han llevado a esta situación y saber con seriedad si eres capaz de revertir los errores muchas veces inevitables. Si hay dudas lo mejor es apagar la luz. Si hay certezas lo mejor es refinanciar con seriedad, pero teniendo siempre un Plan B, un colchón de seguridad. Si algo nos lleva a una situación muy complicada, hay que pensar que igual es posible que se pueda complicar aun más, incluso con más dinero si este no se está gestionando bien.

Cerrar un negocio es muy duro, muy triste, pero a veces es lo mejor para intentar un mal mayor. Dejar de pagar a un banco es un grave error que hay que evotar. A los gastos mensuales de la cuota empiezan a sumarse los gastos de demora, que son brutales y usureros. Nunca caígas en empresas financieras de créditos rápidos, eso es hundirse sin remedio. Es mejor vender incluso con pérdidas. Pedir ayuda a la familia si esta puede. Solicitar microcréditos a los amigos o familiares e intentar tener más ingresos a costa de lo que sea. Si solicitamos ayuda a los que nos rodean, es más eficaz pedir una cantidad pequeña a muchas personas que cantidades altas a una sola persona. Lo normal es que esta tensión se repita en el tiempo y tengamos que seguir pidiendo ayuda.