9.7.08

El paro va a aumentar, pero eso no quiere decir que debamos modificar nuestro sistema laboral

Sin duda el paro va a aumentar en el futuro, o lo que es lo mismo, el total de las horas de trabajo medias de las personas que trabajan en el mundo occidental, van a ser menores a lo largo de su vida.
Hoy aunque en España hasta los 16 años no se puede empezar a trabajar (en mi juventud era a los 14) muy pocos empiezan antes de los 18 y la edad de comienzo de la vida laboral es superior a los 20 años.
Se empieza además con contratos parciales, sin continuidad en muchos casos, mezclando horas de estudios y horas laborales. Y en su vida laboral efectiva, es muy normal que se produzcan varios despidos, varias suspensiones.
El futuro no va a ser muy distinto o al menos nunca más efectivo.
La crisis actual no es más que un pequeño bache lógico, un ciclo más dentro de lo habitual, pero tanto los nuevos sistemas de trabajo, como la tecnología y los mercados emergentes hacen presagiar que el mercado del trabajo entrará en una bajada de productividad total.
Sólo hemos podido mantener un nivle de trabajo alto, a costa de un consumo desmesurado, de una aceleración en el flujo del gonsumo y del movimiento de los dineros en transacciones útiles o no.
Se fabrica hoy con mucho menos coste en tiempo laboral, pero como se ha consumido mucho más que nunca, se ha logrado compensar la aceleración en los tiempos de producción. Pero la crisis económica reduce el consumo de manera muy importante y por ello reducirá las horas de trabajo totales.
Es pues de muy mala fe solicitar cambios en el mercado de trabajo, aprovechando el momento de falta de trabajo, porque si las reformas van por el camino de más facilidad para el despido, que simplemente son en realidad, despidos más baratos, saldrán ganando los empresarios especuladores, pero no los trabajadores, no la economía global.
Si el trabajo es de 1000 horas en total (por ejemplo), por mucho que modifiques sus normas de contratación o de despido, no subirán esas 1000 horas teóricas.
No es cierto que podamos competir con los mercados laborales emergentes con nuevas normas de trabajo, es imposible, antes de eso explotaria nuestra sociedad. La empresa que con dos bemoles desea tener los beneficios de una mano de obra barata, muy barata y sin derechos, ya ha tomado sus medidas. Se ha ido a esos países y ha montado allí sus propias empresas.
El empresario especulador siempre encontrará mano de obra más dócil en países pobres que en el mundo occidental.
Quien crea que modificando nuestra ordenanza laboral seremos capaces de competir mejor, se equivoca y no pone en valor los RRHH, la innovación y la productividad en calidad.